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Tolerancia y Respeto

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Tolerancia y respeto, dos cualidades que debemos transmitir a nuestros hijos

La convivencia entre diferentes culturas y el imparable avance tecnológico plantean nuevos retos a los que la sociedad debe enfrentarse. Tolerancia y respeto deberían ser los valores guía en un mundo global.

Que los niños interioricen estas cualidades es fundamental para el éxito en su futuro, pero recuerda que lo harán si ven que sus padres son tolerantes y respetuosos.

En la escuela, en el parque o en cualquier actividad extraescolar tus hijos conviven y crecen entre culturas muy diversas. ¿Entienden las diferencias? ¿Las respetan y valoran?

Es muy importante que lo hagan y que aprendan nuevas maneras de actuar, de reaccionar y de trabajar que no son las mismas que ellos tienen. Ello les enriquecerá, les hará más cultos y más receptivos a la hora de afrontar los problemas de la realidad.

De este modo, para garantizar el éxito de los niños en un mundo cada vez más global, debes inculcarles esta actitud y hacer que sean receptivos y tengan la mente abierta a una diversidad con la que convivirán durante toda su vida.

Tus hijos serán tolerantes con los demás si tú lo eres

No existe un manual sobre cómo enseñar a los niños a ser tolerantes y respetuosos, pero, como en muchos casos, no hay mejor lección que el ejemplo. Esta actitud se irá incorporando en la personalidad de los pequeños de forma sutil, imitando a las personas que están a su alrededor.De este modo, si tú respetas a los demás, valoras las otras culturas y rechazas los estereotipos injustos, ellos también lo harán.

Además, también es recomendable hablar con los niños sobre este tema, enseñarles características que no son propias de sus tradiciones, saber qué mensajes reciben de los medios en este sentido y, si todavía no la han tenido, darles la oportunidad de que jueguen y trabajen con personas de otras culturas. Eso sí, deben saber que tolerar tampoco significa dejar pasar ciertas conductas, por ejemplo, aquellas que puedan herir u ofender a los demás.

Respeto por los demás, pero también por el medio ambiente

La tolerancia, en nuestro mundo actual, no sólo es aplicable a nuestras relaciones con las personas. También debe ser la clave de nuestra actitud con el entorno. Según explica Pablo Chamorro, responsable de Educación Medio Ambiental de Greenpeace en la revista CEAPA, vivimos en una cultura de placeres pasajeros. Tenemos electricidad, agua, ropa, comida, sin preocuparnos por la deforestación o el cambio climático. Así crecen también nuestros hijos. ¿Somos conscientes que, en este sentido, también deben recibir ejemplo?

Chamorro apuesta porque los valores básicos de respeto por el entorno se vean ya en casa. Para él, acciones como separar la basura, consumir agua y energía en su justa medida o rechazar bolsas de plástico tienen un gran potencial educativo. Además, aconseja que se hagan actividades familiares que aproximen a los niños a la naturaleza, como ir de acampada, hacer senderismo o bañarse en el río.

Cabe decir que las escuelas también explican que los recursos del planeta se acaban. Nuestros hijos reciben hoy más educación ambiental que hace unos años y es por eso que sus aportaciones deben ser también acogidas en la familia. Así lo afirma Chamorro, y añade que el aprendizaje colectivo entre todos los miembros de un hogar, de diversas generaciones, puede llevar a soluciones conjuntas y compartidas. Se trata sólo, pues, de apreciar el conocimiento del otro y contrastarlo con el propio; no es más que tolerar.

Día Mundial de la Infancia

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Desgraciadamente se siguen violando diariamente los derechos de millones de niños en todo el mundo, y son muchos los retos que aún quedan por encarar.

Hoy, 20 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Universal de la Infancia.

Los niños son el futuro, y como tal, han de ser tratados de una forma especial, estando sus derechos fundamentales por encima de cualquier interés, ya sea político, económico o religioso.

Para salvaguardar su integridad, existe la declaración de los derechos del niño, redactada en 1925 por Save The Children y enmendada y reorganizada por las Naciones Unidas.

En 1956, la Asamblea General de Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal de la Infancia, que se consagraría a la fraternidad y a la comprensión entre los niños y las niñas del mundo entero y se destinaría a actividades propias para promover el bienestar de los niños y niñas del mundo.

La Infancia, etapa de la vida que marca para siempre el devenir del ser humano y la continuidad de su propia presencia en la tierra, debería representar para cada habitante del planeta el momento de más felicidad de la existencia; sin embargo aún hay unos 600 millones de niños que viven en la pobreza y más de 27 mil menores de cinco años mueren cada día por causas evitables.

A pesar de ello, se han logrado algunos avances relevantes. Por ejemplo, la mortalidad infantil bajó en 2012 a unos 6,6 millones, casi la mitad de las registradas en 1990. La tendencia es positiva, pero se puede hacer mucho más. El director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, ha señalado que la mayoría de esas muertes se pueden evitar con servicios básicos de salud y nutrición adecuada, entre otros aportes.

En septiembre de 2000, durante la Cumbre del Milenio, los líderes mundiales elaboraron los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que incluyen la reducción a la mitad de la pobreza extrema, detener la propagación del VIH/SIDA y que la enseñanza primaria sea universal para el 2015. Aunque los ODM están dirigidos a toda la humanidad, seis de ellos incumben de forma directa a la infancia y los otros dos también contribuirán a mejorar las vidas de los niños y niñas.

Para más información sobre el Día Mundial de la Infancia consulta la web de UNICEF.