Defensa del Chivato

bullying-1024x791

@quiquepeinado

 

http://www.elmundo.es/papel/firmas/2016/03/06/56d95d0e46163f307b8b45ab.html

Cada vez que leo sobre un caso de acoso escolar pienso lo mismo: ¿fui yo cómplice del acoso a alguno de mis compañeros del colegio? Lo analizo y creo que no, que no tuve ningún ejemplo cerca. Tampoco recuerdo comportamientos excesivos, más allá de lo contumazmente tontos que somos de adolescentes. Sigo creyendo que si los humanos hibernáramos de los 13 a los 19 años, no pasaría gran cosa.

Pero otras veces creo que vi a gente pasarse con compañeros míos y que no hice nada. No podría describir una situación concreta, porque ni tengo buena memoria ni puede que fuera nada traumático, pero reconozco que quizá vi algunas situaciones que podrían bordear el acoso y me callé. Cuando analizo que quizá estuve cerca de comportamientos que pudieron hacer sufrir a algún compañero de la manera, terrible e indefensa, en la que solo penan las víctimas de acoso escolar, y quizá no hice nada, me duele.

En España está muy extendida la cultura del no chivarse. De no dar un paso al frente si la cosa no va con nosotros ni nos afecta. En Guztiak, el maravilloso libro de Borja Ventura, muchos testimonios de personas relacionadas con el llamado conflicto vasco coinciden en que el silencio cómplice de una mayoría ayudó a la consolidación de la violencia. El español no delata: si alguien nos ofrece cobrarnos sin IVA, no se nos ocurre denunciar a quien lo ha hecho. De hecho, mucha gente acepta no pagarlo, como si no estuviera robando a todos los que tiene alrededor. Escuchamos al que se vanagloria de hacer truquitos alegales para no pagar una multa, y, además de que hay quien le ríe las gracias, el que no lo hace, al que le parece mal, no le afea el comportamiento. No hay que chivarse, no hay que meterse, mejor callar. Esa cultura de la no delación es la que también lleva a los niveles de corrupción moral de los que disfrutamos en España. El chivato es más condenable que el criminal. Callar es de machos, hablar es de débiles.

Creo que tenemos que empezar un discurso en defensa del delator, desde niños. No sabría cuál debería ser el límite, pero sí insistir en que delatar lo incorrecto no es malo per se, sino darle la presunción de heroísmo. Sobre todo a los críos: si ven algo parecido al acoso, si ven sufrir a algún compañero por los abusos de los otros, que lo cuenten. A sus padres, a los profesores, a quien sea. Pero que no se callen. Que el daño del que tienen al lado también les afecta. Que el precio que tendrán que pagar por ser el chivato, porque lo tendrán que pagar, es mucho más barato que el sufrimiento que quizá logren evitar. Que no chivarse es ser cómplice.

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *